lunes, 26 de enero de 2009

Levinas, patrono de Tzahal

Tanto la respuesta de Senkman como la nueva carta de Judit Bokser sorprenden por la falta de análisis sobre nuestra propuesta. Levinas no es un manual de estrategia diplomática internacional, sino un filósofo de la heteronomía. Adoptar a un niño palestino muerto no implica, como creen ambos, un lavado de nuestra conciencia. Se trata, justamente, de lo contrario a la conciencia, pues escapa a toda intencionalidad (en el sentido fenomenológico, sentido que evidentemente Leonardo desconoce, como se manifiesta en el uso que hace de esa palabra).
La gratuidad y la asimetría no pueden ser nunca solidarias con las razones de la Real Politik. En este sentido, nuestros detractores (pues no es lo mismo quien discute que quien descalifica sin reflexionar) creen que es muy coherente citar a Levinas para justificar los bombardeos a poblaciones civiles. Levinas, Adorno, Buber, Rosenzweig y una larga lista de pensadores no pueden ser inscriptos, sin más, en las filas de la filosofía política moderna. Ellos, por el contrario, han cuestionado las Razones del Estado y se han deslizado hacia zonas más escabrosas, de lenguajes menos proposicionales.
Ni Leonardo ni Judit entienden que de la deconstrucción del sionismo político no se deduce la deslegitimación de la existencia de Israel. Eso nadie lo discute, ni siquiera el Hamas (cuyas agresiones se deben a la asfixia económica y a la continuación de los "asesinatos selectivos" durante la "tregua"). Tampoco entienden que una lectura seria de Levinas no puede derivar en la justificación de ninguna razón de estado ni, mucho menos, en las más sangrientas de ellas.

Chocan aquí dos formas de pensar, dos tradiciones que de ningún modo (como sostiene Judit) tienen lugar en el seno del movimiento sionista: La ética heterónoma y el sionismo político.
Un pensamiento que sistemáticamente distingue entre buenos y malos y, que a su vez nos ubica siempre en el lugar de los buenos o de las víctimas no puede sino ser el producto de una larga y centenaria sordera. Todos los que hemos tenido una formación sionista debemos recordar que creíamos en la bondad intrínseca de los soldados israelíes, en que Tzahal es el único ejército que respeta los derechos humanos, no ataca civiles y sólo actúa en defensa de sus ciudadanos. Estas ilusiones infantiles no tienen asidero ni en Israel ni en ningún país del mundo. Esta forma de pensar dice "YO, YO, YO"; "NOSOTROS, LOS BUENOS, LAS VÍCTIMAS"; "NUESTRAS VÍCTIMAS, NUESTRO DOLOR, NUESTRO NUESTRO NUESTRO".

Desde aquí rechazamos la lógica binaria del cálculo y la calificación de "peligrosa" de cualquier idea que no esté en consonancia con ella. Este es, justamente, vuestro mayor achaque: que no reparamos en lo peligroso que puede resultar esto al estado de Israel. Evidentemente, para ustedes, esto es más riesgoso que bombardear al vecino, actitud que seguramente traerá la paz a Israel y a toda la región.

Si las fotos de los niños palestinos muertos les causan tanto rechazo, les recomiendo una relectura de Levinas.

No hay comentarios:

Publicar un comentario